En algún momento la voz popular
ha hecho referencia al cambio de los contextos patológicos, puede que las
personas consideren que hemos pasado de una pandemia meramente infecciosa
(orgánica) a una pandemia de salud mental. Desde el punto de vista formal del
conocimiento médico el término pandemia podría describirse como la propagación
de una enfermedad en una zona extensa del mundo o en varios o muchos países,
por otro lado, las epidemias pueden ser propagaciones mas locales y durante
algún tiempo determinado. La epidemia antecede a la pandemia, y la propagación
depende no solo del microorganismo sino de múltiples factores. También las
epidemias en otras terminologías pueden incluir los llamados “males o daños” que
hace referencia a distintos tipos de fenómenos sociales como la violencia,
desapariciones o asesinatos.
La OMS (Organización Mundial de
la Salud) ha expresado su preocupación con respecto al aumento de casos de múltiples
condiciones en salud mental en las Américas, a lo que se le ha denominado una
“epidemia silenciosa” algunos de los elementos mas preocupantes pueden ser el
mismo aumento de casos posterior al inicio de la declaratoria de la pandemia,
hasta los subregistros o nula información de parte de los gobiernos de la
región. No es extraño encontrar desfases entre el numero de fallecimientos
registrados con el numero de posibles infecciones por COVID, lo que también
genera intriga desde el punto de vista psicológico o psiquiátrico donde
posiblemente existan aún más subregistros.
Por otro lado, se ha descrito que
las condiciones de la región como la insalubridad, la discriminación, el
estigma y el acoso son factores de alta vulnerabilidad asociada, pertenecer a
un grupo de minorías o hacerse parte de colectivos pobremente aceptados también
puede ser un desencadenante de problemas en salud mental o de exacerbación de
los mismos.
Se ha evidenciado además que las mujeres presentan más depresión que los
hombres, pero que el porcentaje de hombres es mayor en relación con los actos
suicidas que se completan totalmente, lo que genera una gran preocupación no
solo por las condiciones que llevan a ambas estadísticas a concretarse sino también
por la poca información actual en los sistemas sanitarios y peor aun la pobre
capacidad de respuesta ante tal inminente epidemia.
Los trastornos de ansiedad, son
quienes encabezan el listado a la alza de las estadísticas mundiales y en la
región, parece ser que si bien es cierto no podemos hablar de una pandemia de
trastornos mentales sí podemos hablar de la gran afectación regional y mundial
que atravesamos actualmente, los estragos de decisiones apresuradas así como de
políticas de salud ineficientes llevaron y siguen llevando al colapso las
atenciones, así como la capacidad de respuesta local. El tiempo les ha dado la
razón a aquellos que previeron las próximas prioridades, sin embargo y a pesar
de todo la humanidad sigue su ritmo y su marcha. Algunos (quizá los mas
privilegiados) han podido ser atendidos y han optado por tener servicios de
orientación psicológica, evaluaciones constantes o tratamientos terapéuticos o farmacológicos;
pero otros por otra parte han quedado a la deriva, esperando que la calma
aparente traiga también una calma mental, que las cosas mejoren bajo su propio
peso o con el devenir del tiempo y mientras esto sucede queda un largo camino
por recorrer, una gran herida por sanar, una pandemia que prevenir.
Dr. José Daniel Torres
Médico Psiquiatra

No hay comentarios:
Publicar un comentario