¿Qué fue esa niebla?
Dr. José Daniel Torres
Médico Psiquiatra
Posterior a las primeras afectaciones por la pandemia a
nivel de salud, se comenzó a evidenciar un problema que hasta la fecha sigue
siendo eso “un problema”. Algunas personas comenzaron describir sintomatología
que no necesariamente era nueva, pero que comenzó a relacionarse directamente
con la infección por Coronavirus, dichos síntomas eran: confusión, olvidos
frecuentes, sensación de lentitud o letargia, adinamia o bajo ánimo, así como
pobre capacidad para realizar actividades diarias y ejecutivas, habilidades en
la planificación y procesamiento de la información, así como seguir
indicaciones o actividades complejas. Algunas personas lo describieron como
“sentirse nublados” por lo que precisamente se nombró a dicho fenómeno como
“niebla cerebral o mental”.
Y aunque el tiempo ha pasado, muchas personas continuaron y
continúan describiendo una cantidad variable de síntomas que podrían incluirse
en el término de niebla mental, sin embargo cabe mencionar que la infección por
Coronavirus y sobre todo las infecciones de alta complejidad o persistentes no
son las únicas causas de dichos síntomas, se puede mencionar que alteraciones
en el nivel de la concentración, memoria y ánimo pueden relacionarse por
ejemplo con un viaje muy extenuante o el jet lag, así también con el uso de
algunos medicamentos con potencial sedativo, enfermedades crónicas o
degenerativas, cambios hormonales, menopausia y por supuesto cambios
estructurales y funcionales del cerebro como la demencia.
Por otro lado, las causas también pueden involucrar procesos
meramente psiquiátricos como distintos trastornos de ansiedad, depresión,
déficit de atención y otros. Algunos casos aún más complejos podrían involucrar
no solo un factor desencadenante sintomatológico, sino varios de ellos, podrían
converger asimismo condiciones neuropsiquiátricas que pobremente se dilucidan
en nuestro medio, en parte por la inaccesibilidad a servicios de salud
especializados y en parte por la pobre atención que se le ha brindado a dichas
causas en nuestra cultura.
De cualquier manera, los síntomas descritos pueden devenir
de múltiples causas, pero en el transcurrir de la pandemia se le dió un realce
a ese conjunto de síntomas y se comentó con mas trascendencia la importancia de
la atención médica, las personas a menudo podían sentirse frustradas, vacías o
amenazadas, y eso también ha afectado la forma en la que interpretamos la
realidad, dichas sensaciones no excluye la presentación de síntomas clínicos
físicos o mentales, al contrario podría ser causa de exacerbación. A la fecha
todavía no podemos saber cuales han sido y seguirán siendo las repercusiones
totales de la pandemia y de sus síntomas, pero si es claro que podemos
considerar que es un abrupto desencadenante de condiciones negativas en la
población.
Asimismo debe considerarse la multicausalidad del fenómeno
pero la búsqueda de atención medica debe ser una prioridad si dichos síntomas
están apareciendo aun después de cesada la gravedad clínica por infección de
COVID-19 a nivel mundial, es decir no se debe retrasar una adecuada evaluación
en cualquiera de los casos, el término correcto para describir la “niebla
mental” quizá sería déficit o alteración cognitiva, la estadística diagnostica
será algo que el profesional en salud ira estableciendo a medida se vayan
descartando las causas.
Sin embargo, sobre las dudas ¿Qué fue esa niebla? Y ¿Qué
pudo haber hecho que muchas personas sintieran un panorama mental nublado? Podemos
decir que quizá la causa especifica no existe, quizá cada caso es demasiado
particular, y que quizá estemos empezando a ver la realidad completa después de
la niebla, No obstante, lo que sí es verdaderamente importante es que hay
alternativas y posibles medidas para contrarrestar los efectos terribles en
nuestro cerebro, la ciencia hoy día esta dando respuestas mas concretas y
reales acerca de esas medidas, entre ellas: disfrutar de pequeños placeres en
medio del agobio laboral o cotidiano, escribir, hacer poesía o arte, fomentar
un sueño reparador, aumento en la actividad física, actividades de distracción
o ejercicios mentales que promuevan la estimulación cerebral e intelectual,
pero lo mas importante es buscar ayuda siempre que sea necesario.

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