Los procesos de muerte y el respectivo duelo son vividos muchas veces de forma personal, pueden enfrentarse de diversas formas, con sus propias herramientas o con los mecanismos de afrontamiento individuales, el tiempo tampoco es un parámetro completamente válido y se permite que la persona acepte la pérdida con respecto a sus propias características, sin embargo algunos factores podrían propiciar que el duelo se convierta en un severo problema y que este presente formas patológicas.
Lo abrupto de la muerte, accidentes, violencia, desapariciones u otra condicionante de características extrañas puede ser un factor de riesgo para complicar el duelo, así como la relación que se mantenía con el ser querido, o la personalidad misma que pudiera agravar el proceso.
No todos los casos requieren ayuda psicológica o psiquiátrica, pero en el caso que el duelo se haya complicado o prolongado de una forma tan compleja; puede ser atendido por un profesional en salud mental, conocer las etapas del duelo y formas de cómo redimir el dolor puede ser de gran ayuda.

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